31 mayo 2012

Desde que soy mamá

Desde que soy mamá… es un carnaval de blogs organizado por El Mundo de Yolizca y Maternidad Continuum que pretende ver de forma positiva lo que las mujeres aprenden a hacer gracias a la maternidad y que antes no hacían.


Desde que soy mamá he aprendido a escuchar más y mejor, sin importar el ruido, e incluso, a través de las paredes. 

Desde que soy mamá he descubierto que tengo la capacidad de estirar el tiempo, y hacer que se detenga o que transcurra más lento, solo para disfrutar un poco más, para vivir el momento. 

Desde que soy mamá me he vuelto más fuerte pero más sensible. Es como si pudiera aguantarlo todo, absolutamente todo, pero derretirme de inmediato con un beso de Sara. 

Desde que soy mamá aprendí a madrugar y también a trasnochar, y a que 4 horas de sueño siempre sean suficientes.

Desde que soy mamá la empatía ha comenzado a ser, de verdad, parte de mi vida. Ponerme en los zapatos de mi hija es mi ejercicio diario.

Desde que soy mamá sé que puedo volver a ser niña con solo proponérmelo, que el mejor plan siempre será bailar y cantar al ritmo de "El trencillo Cañero", que mirar por la ventana horas enteras descubriendo el sol, el cielo y el vuelo de las palomas, simplemente no tiene precio.

Desde que soy mamá descubrí la importancia de ser paciente, de esperar, de no pelear con el tiempo.

Desde que soy mamá comprendí que vale la pena arriesgar, probar, intentar, fracasar y aprender de los fracasos, por que lo valioso de este camino es el recorrido mismo, más allá del fin. 

Desde que soy mamá descubrí que soy capaz de escribir y de impactar a la gente con mis palabras. Y eso me hace realmente feliz.

Desde que soy madre el mundo es un lugar distinto, lleno de oportunidades, de personas que se parecen a mi, que sienten lo mismo que yo y que, sin conocerme, me aprecian y me entienden. 

Desde que me convertí en madre mi corazón late más rápido. Late al ritmo de mi princesa, de sus cantos, de sus juegos, de sus ganas de explorarlo todo, de su espíritu de aventurero.

Desde que soy mamá entendí que la felicidad es subjetiva y depende única y exclusivamente de mi. 

Desde que soy mamá he descubierto que las cosas simples nos hacen más felices, que el mejor regalo siempre será un abrazo, un beso.

Desde que soy mamá nada me parece imposible. Soñar me parece indispensable. Vivir a plenitud es la regla. 

Desde que me convertí en madre la palabra "amar"  amplió su significado para mi. He aprendido que siempre me cabe más amor en el corazón, sobre todo si se trata de amar sin condiciones, sin reservas, sin esperar nada cambio. Solo amar a secas. 

Desde que soy mamá entendí que ser madre es, de lejos, lo mejor que me ha pasado en la vida.

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28 mayo 2012

La edad del "no"


Es oficial: Sara está en la etapa del "no". Esta corta pero importante palabra a resurgido en su creciente léxico para quedarse de manera recurrente y reiterativa, por una buena temporada. "No", es su vocablo favorito. Es la sílaba del momento. Es el #TrendingTopic de nuestra familia. Es la respuesta perfecta a todo. En el preciso instante en el que está a punto de contestar cualquier pregunta, se saborea y disfruta pronunciando "no", una y otra vez. 

Dice "no" a pesar de querer decir "si". Repite "no" así en medio de la negativa haga lo que le pides. Dice "no" con una voz dulce, mientras suelta una sonrisa o te aprieta con sus pequeños brazos. Dice "no" una y mil veces al día, con motivos pero sobretodo sin ellos. "No" cuando le pido un beso. "No" a la hora de despertarse. "No" para lavarse los dientes. "No" si le digo que es hora de comer. "No" cuando se baña y también cuando baila. Hasta dormida, mientras sueña, repite una y otra vez "no".

Estoy segura que viene pasando hace días pero solo hasta hoy fui consciente del tema. Esta mañana después de una seguidilla de "noes" en medio de muchas risas, de pronto comprendí que aunque entiende perfectamente el significado de esta palabra, cada vez que la dice lo hace realmente para decirnos: "hey, puedo decidir", "hey, tengo el poder de hacer lo que quiero", "hey, yo soy yo, un ser a parte, una persona diferente e independiente.. yo soy Sara".  

Otra señal más de que está creciendo. Un signo más de que ya casi es un pequeña niña que habla, de que está a punto de cumplir 2 años. Y ahora su manera de decirme que el tiempo pasa y que ella está cambiando es oponiéndose a todo, reafirmándose como la niña que ya es, autónoma, distinta de su mamá. 

Que felicidad verla crecer feliz y vital. Y que nostalgia también, revuelta, mezclada y sentida al mismo tiempo. La bebé crece y el puerperio se me va. En dos meses cumple 2 años. Muy pronto serán muchos más. Me queda el sabor dulce de esta etapa vivida, disfrutada a tope. Mucha felicidad tatuada en el alma. Hermosos recuerdos que regresan con cada "no" que dice Sara y que entrelíneas me dice que el mundo no se detiene y que nosotros crecemos a la par de nuestros pequeños. 

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24 mayo 2012

Sin prisa



Me encanta ver crecer a Sara. Disfruto ver sus fotos de cuando era una bebé y compararlas con las que tengo ahora que está a punto de ser una niña. Ayer precisamente miraba algunas de ellas. Fotos de cuando tenía solo 4 meses. La recordaba pequeña, hermosa, con una sonrisa enorme, con unos cachetes gigantes, sin un pelo en la cabeza y llena de rollitos por todas partes. 

La miro, ahora dormida aquí a mi lado, y me parece mentira que este tan grande. Repito: me encanta ver como está creciendo. Y tengo que reconocer que, aunque cada uno de sus avances me llena de felicidad y orgullo, no tengo ninguna prisa de que crezca y deje de ser mi pequeña. Tal vez por que tengo la certeza de que cada uno de los momentos de este tiempo que estamos viviendo a su lado, no se repetirá jamas. Entonces he decidido disfrutarlo todo, sin apresurar nada de nada. 

Así se me han pasado estos, casi, dos años. Y a medida que avanza el tiempo, confirmo mi teoría de vivirla, a medida que crece, sin ninguna urgencia ni prisa. Disfrutando las cosas buenas, las buenísimas y las que, a ojos de los demás, no lo son tanto. Viviendo el día a día, el presente, las trasnochadas, los cambios de pañal, los berrinches (que ya están llegando), los balbueceos, las palabras, las frases, su carácter, su energía, su voluntad.

Lo repito otra vez: no me interesa que Sara crezca. O mejor dicho, no me interesa que crezca más rápido de lo que tenga que crecer, cumpliendo expectativas ajenas sobre lo que tiene o no que hacer a su edad. Por eso, no me preocupa mucho si se supone que debe hablar ya o si, según algunos, le llegó la hora de dejar el pañal. Mi único interés es dejarla que avance a su ritmo, que descubra el mundo como ella quiera. Que madure y supere las etapas a su debido tiempo, sin presiones ni expectativas sobre dimensionadas. Mi único fin es ser su mamá y que ella sea mi hija, hoy y ahora. Mañana...mañana será otro día.

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21 mayo 2012

Mi propia conciliación #Equilibrando

Conciliar no es una tarea fácil. En mi opinión, tratar de mantener un equilibrio saludable entre el trabajo, la vida y la familia, es una especie de maratón que nunca termina. Desde que empecé a trabajar, hace ya casi 3 meses, hemos comenzado a conjugar este verbo en todos los tiempos posibles. 

En nuestro caso, por fortuna, las cosas han funcionado bastante bien gracias a los horarios de nuestros trabajos y a nuestra niñera. Si bien mi esposo sale temprano casi todos los días y yo entro más tarde que en cualquier otro trabajo promedio, sino fuera por mi súper empleada y niñera, sería imposible tal conciliación.  

Ella llega tipo 8 a.m. a la casa para hacer los quehaceres y quedarse con la pequeña. La mayoría de las veces la encuentra bañada y cambiada, sino, ella la ducha y la viste. La mañana se les pasa entre los las tareas de la casa y los juegos que juntas se inventan. Nelsy distrae a Sara, le da la comida, le cambia el pañal, la acompaña a hacer la siesta. 

Cuando llego al medio día, la pequeña ya ha almorzado y está con mi esposo esperándome, con los ojos medio empijamados, con ganas de su teta para caer rendida en una larga siesta. Cuando se levanta, ya no estamos. Entonces Nelsy la consuela, si se despierta llorando, le da la merienda y pasan la tarde escuchando música, o de paseo en el parque. Si el clima no lo permite se quedan en casa y bailan, pintan o juegan a las muñecas. 

También la lleva a sus clases de estimulación y allá, brincan, cantan y aprenden juntas, todo el tiempo. Mi esposo llega entre 5:30 p.m. y 6:30 p.m. y Nelsy se va. Yo llego a las 7:00 p.m., y mientras aparezco, ellos dos tienen su tiempo de padre e hija. Los encuentro tirados en el piso, armando rompecabezas o viendo Dora o haciendo recocha. 

Así se pasan los días, de lunes a viernes. Los fines de semana la historia es otra. Los weekend son nuestros. Solo estamos los 3 para los 3. Este es nuestro tiempo exclusivo, es nuestro momento para vivir cada segundo del día juntitos, sin prisas ni horarios, para dormir todo lo que queramos, para duchas largas, para juegos ilimitados, sin perdernos ni un segundo, disfrutándonos mutuamente, como la familia que somos.  

Esta es nuestra conciliación. Y aunque aún siento que el tiempo que paso con Sara es muy poco para mi gusto, no me puedo quejar. Las cosas están funcionando mejor de lo que yo pensaba. Sé que la falta que me hace Sara y la falta que yo le hago a ella, nunca se va a disipar completamente, sin embargo, reconozco que tenemos la fortuna de contar con Nelsy, con su amor a Sara y su excelente disposición, lo que nos a permitido organizar la vida para que mi regreso al trabajo esté siendo cero traumático y bastante llevadero. 

Eso si, aunque las cosas caminan bien, la conciliación sigue siendo una maratón: me levanto a las 6 de la mañana para organizarla y organizarme, voy y vengo en un taxi 4 veces al día, almuerzo siempre con ella pegada a la teta en mi regazo, la duermo a las 8:30 de la noche, pero mi "día" sigue hasta la media noche. La verdad es que no puedo darme el lujo de perder un segundo y, aunque ya me estoy acostumbrando, es bastante agotador y satisfactorio a la vez (irónico, no?).

Esta es nuestra conciliación, única y particular como todas. Hecha y diseñada a nuestra medida. Lo mejor que podemos hacer. Lo que nos funciona a nosotros la mayoría del tiempo, así a veces queramos que sea de otra manera. Por que en medio de todo seguimos soñando con imposibles: un trabajo medio tiempo con el mismo sueldo de tiempo completo, un trabajo desde casa bien remunerado, un trabajo igual de satisfactorio y seguro que no nos estrese tanto, que no nos absorba montones. 

Sin embargo y a pesar de nuestros deseos e inconformidades, sé que somos privilegiados. La situación de la mayoría de las familias en mi país son muchísimo menos favorables que la nuestra. Veo historias de mamás que ven a sus bebés una hora al día, a veces, una hora a la semana. Madres y padres sin apoyo de nadie, que hacen malabares para poder trabajar y tener una familia. Por eso, cada día se hace más palpable para mi la importancia de una verdadera conciliación, de horarios y jornadas especiales, de trabajos a distancia, de la reglamentación del teletrabajo, de jardines in house en las empresas. Ahora más que nunca es necesario que tanto trabajadores como empresarios, seamos conscientes de que conciliar trabajo y familia es una necesidad urgente para todos.

Este post hace parte del Carnaval de Blogs convocado por Conciliación Real Ya, con motivo del Día Internacional de la Familia (que fue el 15 de mayo), para que compartamos nuestras historias de conciliación  llenas de  esfuerzos por encontrar el equilibrio entre la familia y el trabajo.



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17 mayo 2012

También me pasa

No sé a ustedes pero a mi también me pasa que después de un día agitado, lleno de mil cosas y mucho trabajo, no puedo desconectarme al llegar a casa, para simplemente estar. Me pasa que los días transcurren demasiado rápido y, en un abrir y cerrar de ojos, se me escapan, casi sin haberlos disfrutado. Me pasa que no tengo tiempo para muchas cosas, y me canso y me agoto y pierdo la paciencia. Y sueño cosas extrañas y, a pesar de haber dormido, me levanto cansada.

También me pasa que soporto poco y espero mucho. Y añoro poner la mente en blanco y no pensar en nada. Y me descubro un tanto molesta, perdida, pensando en el pasado, ignorando sin querer el presente. Deseando realidades irreales, desperdiciando las energías en utopías. Y entonces, trato de concentrarme y centrarme, dándole el valor justo a las cosas y a las situaciones. Porque sé con certeza que nada es tan grave, que todo pasa, que cuando el horizonte se ve negro, realmente no lo es tanto, es solo el efecto distorsionado del cansancio, el desespero, la impaciencia.

Y de repente el mundo se ilumina. La risa desenfrenada de Sara aclara la bruma. El tiempo se detiene y la mente parece por fin encontrarse nuevamente, viendo claramente lo que vale la pena, lo que le da sentido a todo, viendo una pequeña niña correr, llorar, reír, hablar, descubrir el mundo. Un abrazo de mi esposo me conforta. Y ahora el sol brilla y el resto de universo pierde importancia. Y el mundo se detiene nuevamente. Por un momento ya no gira. Y sé que soy afortunada. De repente, tengo la certeza de mi fortuna, por que sé que a pesar del cansancio y de la falta de tiempo, y de los aparentes problemas, vivo una vida maravillosa, llena de personas valiosas, de momentos perfectos, de sonrisas eternas. 

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14 mayo 2012

¿Por qué "La mamá de Sara"?

Desde niña escribir ha sido mi sueño. Pero tengo que confesar que sufría de un pánico escénico que perduró durante mucho tiempo. Cuando era una joven adolescente, escribía de vez en cuando, pero solo para mí. Nunca creí que lo que tenía que decir podía ser interesante para otro. Con el nacimiento de Sara, las ganas de contar lo que me estaba pasando fueron más grandes que la pena de exponerme. Así me lancé al agua y nació "La mamá de Sara". 

Hoy, este espacio lleno de historias de mi vida, con mis ires y venires, con mis miedos, tristezas, aciertos y desaciertos de mamá, es totalmente imprescindible para mi. Me define, me fortalece, me llena de preguntas y respuestas, me une a mis iguales, me permite conocer a otros y ayudarlos indirectamente con mi experiencia. Además me da la oportunidad de profundizar en mi, de nombrar lo que siento, de conocerme mucho más y mejor.

Por eso, hoy le agradezco a Beatriz de "La mamá de Luisa" por invitarme a contar el origen de mi querido blog y por otorgarme el premio "Blog Constructivo". Me llena de alegría saber que muchas personas como ella no solo me leen sino que también consideran mis palabras de gran ayuda.

Y como todos los premios tienen que pasar a otras manos para seguir viviendo, le otorgo este premio a los excelentes y constructivos blogs de:

Ana María de Crianza y Gestalt
Amaya de La alegría muda de Mario
Bren de Amo ser mamá
Elva de Cuando Olía a Vainilla
Emy de Amar-Amamantar
Irene de Una mamá feliz
Oli de Azul Celeste
Sarai de Sarai Llamas
Silvia de La mamá Corchea

Ahora es su turno para contarnos porque decidieron escribir en sus espacios virtuales. Para mi ustedes son mis lecturas obligadas. Gracias por su apoyo, por abrir su vida y su corazón. Gracias por escribir. Sus palabras me fortalecen, sus palabras hacen tribu.


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