La sombra volvió grande y fuerte.
Más fuerte que nunca.
Mis miedos la alimentan.
Mi inseguridad la hace fuerte.
No sé en que momento mis ideas se aliaron con ella.
¿O será más bien que siempre han estado de su parte
y hasta ahora me doy cuenta?
La realidad me golpea.
Y entre un totazo y otro,
mi mundo se estremece,
se tuerce y se tambalea.
Guardo silencio.
Y en el vacío mis palabras se pierden,
la garganta me duele, la voz se me seca.
Mi mente en cambio es una hoguera.
Una llama imposible de extinguir.
Está encendida y me aterra.
Su humo me ahoga, me corta la respiración, me marea.
Y me sumerjo con ella en lo más hondo, dónde no escucho,
donde sólo se siente un ardor que no sé como describir.
La sombra volvió grande y fuerte,
y estoy tratando de reconocerla.
y estoy tratando de reconocerla.
De hacerme su amiga, de vivir con ella.
De contarle historias y de perderle el miedo.
De aprender de su fuerza, de su ímpetu, de su tormenta.
Esta vez no se trata solo de esperar a que desaparezca.
Esta vez sé que eso no va a suceder.
Sé que vino a removerlo todo...
necesito que lo remueva todo.
Necesito el coraje para mirarla a la cara,
para pararme frente a ella, y vivir y sentir lo que sea que venga.
Ella es mi enemiga y mi aliada.
Y creo que por ahora se queda a mi lado,
para siempre.
Necesito el coraje para mirarla a la cara,
para pararme frente a ella, y vivir y sentir lo que sea que venga.
Ella es mi enemiga y mi aliada.
Y creo que por ahora se queda a mi lado,
para siempre.