Desde que soy mamá he aprendido a escuchar más y mejor, sin importar el ruido, e incluso, a través de las paredes.
Desde que soy mamá he descubierto que tengo la capacidad de estirar el tiempo, y hacer que se detenga o que transcurra más lento, solo para disfrutar un poco más, para vivir el momento.
Desde que soy mamá me he vuelto más fuerte pero más sensible. Es como si pudiera aguantarlo todo, absolutamente todo, pero derretirme de inmediato con un beso de Sara.
Desde que soy mamá aprendí a madrugar y también a trasnochar, y a que 4 horas de sueño siempre sean suficientes.
Desde que soy mamá la empatía ha comenzado a ser, de verdad, parte de mi vida. Ponerme en los zapatos de mi hija es mi ejercicio diario.
Desde que soy mamá sé que puedo volver a ser niña con solo proponérmelo, que el mejor plan siempre será bailar y cantar al ritmo de "El trencillo Cañero", que mirar por la ventana horas enteras descubriendo el sol, el cielo y el vuelo de las palomas, simplemente no tiene precio.
Desde que soy mamá descubrí la importancia de ser paciente, de esperar, de no pelear con el tiempo.
Desde que soy mamá comprendí que vale la pena arriesgar, probar, intentar, fracasar y aprender de los fracasos, por que lo valioso de este camino es el recorrido mismo, más allá del fin.
Desde que soy mamá descubrí que soy capaz de escribir y de impactar a la gente con mis palabras. Y eso me hace realmente feliz.
Desde que soy madre el mundo es un lugar distinto, lleno de oportunidades, de personas que se parecen a mi, que sienten lo mismo que yo y que, sin conocerme, me aprecian y me entienden.
Desde que me convertí en madre mi corazón late más rápido. Late al ritmo de mi princesa, de sus cantos, de sus juegos, de sus ganas de explorarlo todo, de su espíritu de aventurero.
Desde que soy mamá entendí que la felicidad es subjetiva y depende única y exclusivamente de mi.
Desde que soy mamá he descubierto que las cosas simples nos hacen más felices, que el mejor regalo siempre será un abrazo, un beso.
Desde que soy mamá nada me parece imposible. Soñar me parece indispensable. Vivir a plenitud es la regla.
Desde que me convertí en madre la palabra "amar" amplió su significado para mi. He aprendido que siempre me cabe más amor en el corazón, sobre todo si se trata de amar sin condiciones, sin reservas, sin esperar nada cambio. Solo amar a secas.
Desde que soy mamá entendí que ser madre es, de lejos, lo mejor que me ha pasado en la vida.