Así es como he terminado después de estos días de supuesto descanso: agotada. No tener ayuda en casa, más un esposo lesionado -y malhumorado- y una bebé desbordante de energía, es la receta perfecta para "cocinar" una mamá realmente cansada, con dolor de espalda, un poco ansiosa y bastante agobiada. Una vez más confirmo que criar sola me sobrepasa (y estoy segura que esto no me sucede solamente a mi). Y cuando digo "criar" me refiero a todo lo que tiene que ver con encajar las tareas sencillas de mi vida y de la casa, con la crianza de Sara, con tenerla y cuidarla.
Hacer todo sola, sin ayuda, sin un minuto de descanso, sin unos brazos más que la carguen, que la duerman o que la entretengan mientras tu, simplemente, desayunas o te cambias, no es fácil. Si somos sinceros, desde afuera no parece gran cosa pero la realidad es que no hay nada más agotador. Y seamos claros: el agotamiento no es sólo físico, tal vez, es más emocional y mental. No veía la hora de que fuera lunes otra vez para volver a mi rutina, con todo organizado, con la casa limpia, la comida lista, con tiempo para mi, para bañarme con calma, para escribir en el blog, sin sentirme apurada desde el instante en el que me levanto por que se me hizo tarde y no he hecho la pañalera ni he alistado a Sara y ya nos tenemos que ir...no saben como me hizo falta mi empleada, siempre dispuesta, alegre y matada con la idea de cuidar a Sara y echarme una mano. No saben como me hizo falta una tribu real, de carne hueso, mi mamá, mis amigas. Tengo que reconocer que si no hubiera sido por los ratos de descanso algunas tardes, cortesía de mi cuñada, creo que hubiera colapsado.
En fin, que les puedo decir...estos fueron días de baños a medias, mucha prisa, mucha soledad, nada de disfrute, ni relax, ni descanso... menos mal se acabo semana santa. Menos mal tengo la ayuda que necesito casi todos los días. No sé como lo logran algunas mamás siempre solas. Por último, solo les quiero recordar (por si lo han olvidado, aunque es bastante dificil de olvidar) que...
Sentirse sola, cuando eres mamá, es ....
llorar a la par con tu bebé y no saber por qué....
sentir que las 6 de la tarde es la peor hora del día....
meditar horas enteras sobre la maniobra perfecta para levantarte de la cama sin que el bebé se despierte...
odiar con todas tus fuerzas el ruido del camión de la basura,
las alarmas de los carros y cuando suena el teléfono...
disfrutar de los baños de 30 segundos...
añorar a tu mamá y a tu abuela que están muy, pero muy lejos....
imaginar que muchas mujeres, de verdad te entienden, aunque no las conozcas...
querer pensar por 5 minutos solo en ti y, sencillamente, no poder....
implorar tiempo para poder dormir...profundamente, como antes...
acostumbrarte a comer la comida siempre fría...
planear mil cosas y concluir que sólo puedes hacer unas cuantas...
soñar con el día en que tu nuevo día a día te parezca perfecto y normal...otra vez.