Confieso que antes de ser mamá tenía un montón de creencias erróneas sobre la maternidad y la crianza. Una de esas era que ser mamá era una labor sencilla y predecible. Sonaba simple, pero como todas sabemos, la maternidad es bastante más complicada. Con todo y mis simples creencias quedé embarazada y algo comenzó a ser, o mejor, a estar diferente dentro de mi. Fue como si una sensibilidad ancestral se despertara lentamente mientras mi útero se agrandaba y estiraba. Como si esa nueva vida que crecía en mi interior, me hiciera recuperar la memoria de un conocimiento maternal que ni siquiera sabía que tenía. Entonces también todo comenzó a cambiar y apareció una avidez incontrolable por leer y aprender de bebés, de embarazos, de partos y de crianza. Era una especie de necesidad desesperada por encontrar, en las palabras de otros, un orden y un sentido a todo lo que pasaba por mi mente y sentía cada célula de mi cuerpo. Por validar sentimientos y derribar todas esas erróneas creencias. En esos nueve meses devoré todos los artículos y entradas que se cruzaron por la pantalla de mi computador. Y tuve la fortuna de toparme con aquello que estaba buscando, en las palabras de los/las mejores, que hoy se han convertido en mis amigos, en mi tribu.
Todo comenzaba a tener sentido. Y en ese momento, ingenuamente y, de nuevo, erroneamente, estaba convencida que sabía todo lo que tenía que saber. Y, un sábado de madrugada, nació Sara. Otra vez, mi mundo se revolcó de manera indescifrable. Nuevamente, todo era distinto y diferente. Me tomó casi 3 meses volver a comenzar a encontrar un orden a ese mundo de sentimientos, de inseguridades, de temores. Poco a poco las cosas comenzaron, por si solas, a tomar su cause. Mi cuerpo, lentamente, volvía a su estado original. Y mi vida, tomaba otro estado distinto, pero fascinante. Estaba aprendiendo a ser mamá, o más bien cada una de las células de mi cuerpo estaban recordando como serlo. El terror y el agotamiento de los primeros meses estaban dando pasó a la tranquilidad sosegada de una rutina llena de cambios de pañales, de tetadas interminables, de cuidados, de presencia, de llantos indescifrables, de paseos en las tardes, de sesiones dedicada a ver crecer a mi bebé. Comencé a sentirme cómoda de nuevo, en un mundo que empezaba a dominar y en que me sentía segura.
Pero como el mundo no se detiene, pasan los meses y, una vez más, todo comienza a cambiar. Ya no hay rutina sosegada sino un ajetreo interminable, con una niña (ya no es una bebé, snif, snif) que se quiere tragar el mundo entero de un solo totazo, y que tiene energías para hacerlo. El día a día se ha convertido en una persecución eterna detrás de ésta pequeña rubia, llena de inquietudes y sin temor de nada. Otra vez estoy desconcertada y agotada. Enfrentando que ser mamá es una vorágine de cambios que nunca termina y que siempre nos toma por sorpresa. Maravillada por sus nuevas habilidades, por su media lengua y por su personalidad imparable, pero, al mismo tiempo, confirmando, una vez más, lo equivocada que estaba antes de ser mamá acerca de serlo. No me malinterpreten, tener un hijo es maravilloso, vale todo el oro del mundo y mucho más. Simplemente, me sigue costando acostumbrarme a no acostumbrarme a nada, a que todo cambie tan pronto, a vivir a una velocidad que me cuesta asimilar y que no puedo controlar, a entender que todo seguirá cambiando una y otra vez.
Uf! Me pasa igual, los cambios son tan rápidos que una no logra asimilar nada... Animo!
ResponderEliminarUn besote para ti y rubia hermosa!!!
Cierto? que velocidad!!! Besos recibidos y entregados!!
EliminarEstoy justo igual que tú. Cuando comenzamos a adaptarnos a un ritmo, a un que hacer, todo cambia, de nuevo se alteran sus ciclos de sueño, sus rutinas y formas de comer...
ResponderEliminarLos días cada ves son más cansados, las noches también. En el trayecto del trabajo a casa tengo que regargar pilas como y de donde pueda, pues al cruzar la puerta, mi gordo me recibe con una serie de gritos y con todas las ganad de que me tire al piso con él a jugar.. es algo hermoso, pero no deja de ser cansado..
En fin, nadie dijo que ser mamá fuera sencillo.. pero tampoco me advirtieron que sería la mejor experiencia de mi vida :)
Eres mi heroína!!! No sé como haría con todo esto si estuviera trabajando, supongo que sacaría fuerzas pero ser mamá y trabajar es muy pero muy duro. Me quedo con tu reflexión final: ser mama es la mejor experiencia de mi vida !! Gracias por pasarte por acá!!
EliminarPrecioso Zary. Por eso es tan importante instalarse en el presente y nada más. Los hijos nos ayudan a ello pk todo cambia tan rápido... Ánimo, en nada vas a sentirte cómoda también en esta etapa. Un beso
ResponderEliminarSabias palabras!!! Trabajaré en ello!! Besos para ti también!!
EliminarTan cierto! Cuando uno piensa que ya todo es más sencillo, todo se complica más, en el buen sentido, claro :) Entiendo cómo te sientes. No podemos quejarnos de aburrimiento, eso sí :) Hay que adaptarse a los cambios y, por sobre todo, disfrutarlos, porque los nenes crecen demasiado rápido!!!
ResponderEliminarAhhh si, esos si... nuestra vida es agotadora pero muy divertida!!! Y tienes razón hay que disfrutarlo tanto como se pueda, pasa muy rápido, por eso es tan cansado!!!
EliminarMe ha gustado mucho Zary, ser mamá es también aprender a reinventarse una misma una y otra vez. Pero en el fondo verás que es sencillo, ánimo!
ResponderEliminarTomo nota: aprender a reinventarse. Es interesante aunque, a veces (por no de cir casi siempre) es agotador. Gracias por comentar!!!
EliminarMe he sentido tan identificada...
ResponderEliminarUn besazo
Abrazos!!! supongo que llegara el día en que, irónicamente, extrañaremos esta voragine de cosas pasando a una velocidad vertiginosa.
EliminarZary!!!!! Que hermosa post!!!!
ResponderEliminarMe pasa igual y tienes toda la razón, todos los días hay cosas nuevas por aprender y descubrir y ellas nos dejan derretidas con cada paso !!
besos a Sara.
Gracias por sacar tiempo para leerme y comentar!!! Besos recibidos y entregados a Sara. Un abrazo.
EliminarTotalmente de acuerdo, justo cuando uno se siente cómoda y cree que tiene dominada la etapa, cambia!!! Abrazo
ResponderEliminarSi, y al parecer esto va ha ser así por mucho tiempo. Abrazos. saludos al pequeño que ya casi entra al colegio.
EliminarCuando sólo eramos mi esposo y yo, tenía períodos de depresión. Una amiga me dijo que era porque estaba aburrida y me recomendó: "si ya agotaste tus posibilidades (trabajar, estudiar, estar en casa) ten un bebé. Cuando te conviertes en madre, no tienes tiempo para aburrirte. Y eso es lo que tú tienes, te deprimes porque te aburres"
ResponderEliminar¡PLOP! De todo habrá en esta aventura, menos tiempo para ponernos cómodas ... Gracias a Dios!
Eso es cierto no tenemos tiempo de nada menos de aburrirnos!! Besos !!!
EliminarVerdaderamente, no hay tiempo para aburrirse cuando se tienen hijos/as. Ahora corres detrás de Sara... jaja, ya verás cuando hable con fluidez y te responda a cada cosa que le dices. A veces uno se queda sin nada qué decir, desafiado y callado. ¡Lo digo por experiencia! jejeje En fin. Las cosas de la maternidad. Un abrazo.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo, ser madre es un proceso constante de adaptación y aprendizaje, pero es sin duda también una aventura emocionante.... Un beso!
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