Las madres mentimos, y mentimos mucho y a diario. Muchas más veces de lo que los demás siquiera se dan cuenta. Mentimos acerca de lo que sentimos, de lo que nos pasa. Porque una buena madre es fuerte y feliz, a pesar de todo, pase lo que pase. Mentimos cuando somos madres recientes o tenemos años siendo mamás. Mentimos acerca de donde duermen nuestros hijos, de cuantas veces se despiertan en las noches, de si toman teta o tetero, de si ya gatean o aún no caminan, de si con 3 años llevan pañal. Mentimos cuando nuestros hijos son unos bebés y seguimos mintiendo cuando crecen.
Y mentimos por temor. Nos sentimos inseguras, le tenemos miedo al juicio detrás de la pregunta, amenazadas por las palabras que ponen en duda lo que hacemos y decidimos como madres. La mentira opera para nosotras como una protección. Ninguna madre necesita más culpa en su vida, por eso mentir es quizá, la manera más fácil de sobrevivir a ciertas situaciones y seguir adelante. Nos ocultamos, de manera cómoda y segura, detrás de la mentira, sin darnos cuenta de lo que eso implica y representa.
Y todo el tema nada tiene que ver con los demás se trata solo de nosotras mismas. Por que estoy segura de que en algún momento, al principio, todas intentamos ser sinceras y honestas, pero serlo implicaba un peso enorme, así que nos rendimos, nos cansamos, nos dio jartera, desidia, y resultó, aparentemente, mejor negocio decir lo que la gente quiere escuchar a decir lo que queremos, lo que nos pasa, la verdad.
Entonces es cuestión nuestra empoderarnos y dejar de mentir. Para ser libres de nuestros propios miedos, para ser las madres que queremos, las mujeres que deseamos, sin pensar mucho en los demás, visilizando, normalizando lo que todas sabemos, sentimos y ocultamos. Siendo nosotras mismas, sin silencios, con la confianza y la certeza de que nuestro instinto nos guía por el mejor de los caminos. Sin necesidad de protección, sin necesidad de ocultarnos.
Prometo intentarlo. Prometo dejar de mentir.
Entonces es cuestión nuestra empoderarnos y dejar de mentir. Para ser libres de nuestros propios miedos, para ser las madres que queremos, las mujeres que deseamos, sin pensar mucho en los demás, visilizando, normalizando lo que todas sabemos, sentimos y ocultamos. Siendo nosotras mismas, sin silencios, con la confianza y la certeza de que nuestro instinto nos guía por el mejor de los caminos. Sin necesidad de protección, sin necesidad de ocultarnos.
Prometo intentarlo. Prometo dejar de mentir.
No se trata de mentir, es proteger. Si la verdad llega a la persona equivocada, tendrá la herramienta más fuerte para destruir. Besos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo Mabe. Cada quien tiene derecho a proteger lo que ama como le parezca. Me encanta que me leas y me comentes. Te quiero!!! Besos!!
Eliminarmuy acertado lo que dice maria beatriz, y bueno, yo afortunadamente no me he tenido que ver en la tesitura de tener que mentir pues en mi familia y entre mis amigas no emiten juicios (aunque puede que lo hagan a mis espaldas...) pero mi pareja sî que ha dicho a sus padres que la nena no duerme con nosotros porque no comprenden eso o la lactancia prolongada, aunque conmigo no hablan del tema.
ResponderEliminarMe alegra mucho!!! Yo era muy directa pero últimamente prefiero mentir para evitar explicaciones que sé, al final, nadie va a entender. Un abarzo!!
EliminarEn la medida de lo posible intento no mentir, especialmente a mis hijos o no mentir a otras personas si mis hijos están presentes, porque me interesa más que ellos no pierdan la confianza en mí a que las personas ajenas a mi familia se metan en mis asuntos.
ResponderEliminarComo en mi familia ya me conocen como soy de enojona, la mayoría de las veces no me dicen nada. A mis espaldas, que digan misa.
Yo he oído tantas cosas de mi forma de criar que dice de mi a mis espaldas (tanto gente qu me importa como gente que me vale un bledo) que me ha afectado bastante. Alguna vez un amigo me dijo que en cuanto a la crianza de su hija no habalaba del tema en absoluto a menos que fueran personas de mucha confianza, por que le parecía que era dar pie para que todo el mundo opine y se meta. Creo que tiene razón. Sin embargo también resulta difícil por que naturalmente, la gente se siente con "derecho" a opinar. Un abrazote Oli bella!! Miss you!!
EliminarPues a mi me pasa que ya me he tomado muy en serio mi papel de "rara" y no digo mentiras, a veces la gente se intimida un poco con eso, pero no lo puedo evitar. Igual es más fácil para mí porque de todos modos mis compañeros al 90% son hombres ¿y qué saben ellos? ;-)
ResponderEliminarTe felicito. Reconozco que ser "la niña diferente" a veces me cuesta bastante. Te admiro. Un beso comadre!!
EliminarPero a veces mentimos también por cansancio o para protegernos. Por ejemplo, para no entrar en una discusión de por qué sigues dando teta después del año con la vecina, o para que no miren mal a tu hijo en el jardín si la profesora se entera de que sigue tomando teta a los 2 años. He conocido situaciones así y por eso creo que en mi caso, mentiría, y así me ahorraría disgustos. Es un tema difícil, pero es bueno tratarlo.
ResponderEliminarPor cierto, te he dejado un premio en mi blog por si no lo tienes y deseas recibirlo: http://madresolohayuna.com/the-versatil-blog/
Un abrazo!
Diana
Gracias por el premio!!! Pronto lo público!!! Me siento totalmente identificada con lo que dices. Creo que estoy en una etapa de cansancio total que prefiero mentir y protegerme para no gastar energías en explicaciones infructíferas. Sin embargo, creo que al final es mejor decir la verdad y ser, de alguna manera, un agente de cambio y de consciencia al respecto, por nosotras y por las demás mujeres y madres. Gracias pro pasarte pro aquí!!
Eliminar¡Qué cierto! Qué pena tener que mentir sobre nuestras verdades, pero es peor mentirse a sí mismas, y eso, no lo hacemos, o lo intentamos...
ResponderEliminarCierto Gaëlle!!! Gracias por psaret por acá y comentar!!
Eliminar