06 marzo 2013

De allá para acá


Hace ya casi 20 días que Sara duerme en su cama. La verdad, ella y yo estábamos felices durmiendo juntas, pero papá ya reclamaba de vuelta su espacio. Y, como el colecho es cosa de todos los que comparten la cama, decidimos intentar que la pequeña comenzara a dormir en su cuarto. Entonces, ese día sin mayor preámbulo (y un poco en contra de mi voluntad) hable con Sara desde muy temprano. Le conté, como si fuera un cuento, que de ahora en adelante comenzaría a dormir en su cuarto, en su cama, cada noche. Ella, sin entender muy bien de que le estaba hablando - o eso pensaba yo -, me dijo "bueno, mamá". Yo durante todo el día le mencioné varias veces el tema. Y ella, simplemente repetía y asentía. Al llegar la noche, después de comida, pijama y dientes, le conté cual sería nuestra rutina de ahora en adelante: cuento, arrunche, teta y a dormir. Así que leímos tres cuentos, nos arrunchamos un rato, y con la luz tenue y un buen rato de teta, mi hija se quedo profunda en su cama. 

Yo era consciente de la noche que me esperaba. Obviamente se iba a levantar varias veces. Llevaba toda la vida durmiendo a nuestro lado, sintiéndonos cerca, al alcance de estirar su mano. Y no hubo sorpresas. La 1era noche, creo que fueron 3 o 4 despertares. Yo, que realmente estaba totalmente desvelada, me levanté todas las veces que fue necesario, me pase todo el tiempo de un cuarto al otro, de allá para acá. La consolé, la abracé, la calme y ella, simplemente al constatar que yo estaba allí, a su lado, acompañándola como siempre, se durmió nuevamente casi de inmediato. 

Desde ese día, hemos tenido noches buenísimas y otras malísimas. Algunas con un solo despertar y otras con tantos, que me cuesta bien recordar. Realmente, nunca ha llorado mucho. Hace ruidos, tal vez lloriquea, - para cuando eso sucede yo ya estoy a su lado- y casi siempre después, me llama fuerte y duro: "Mamaaá".  Yo corro como por inercia, brinco de la cama como un ringlete, y la toco, la abrazo, la consiento un rato y ella vuelve a dormir sin problema. He descubierto que los despertares muy de madrugada son por hambre. Y entonces pide teta, leche, pan y hasta helado de chocolate. A veces simplemente tiene sed y se toma de un solo el vasito completo de agua. Otras quiere a mamá. Supongo que necesita mi olor, mi calor. Y al sentir mi presencia unos cuantos segundos, sigue durmiendo como si nada hubiera pasado.

Para mí esta nueva situación también ha sido todo un proceso. Los 1eros días simplemente no podía dormir nada, de nada. Oscilaba entre el insomnio total y un sueño ligerísimo, en el cual hasta el más mínimo ruido me despertaba. Me preocupaba quedarme profunda y no oírla (cosa por demás imposible). Con el paso de los días, aunque continúo de aquí para allá, he podido comenzar a dormir mejor, he soltado la aprensión del cambio, relajándome para poder descansar. 

Y así vamos ahora, y aunque estoy cansada y con unas ojeras que van y vienen cada tercer día, la realidad es que las cosas han salido mejor de lo que esperaba. Sara parece estar bien, feliz con sus nuevas sábanas de mariposas. Yo he comenzado a cogerle el gusto otra vez a dormir a mis anchas. No niego que a veces la extraño. De hecho, casi siempre antes de amanecer, inevitablemente ella termina en mi cama o yo termino en la de ella. Pero creo que estamos del otro lado y pronto estas "malas noches", parecidas a las de recién nacida, pasarán. Por que es una nueva etapa, por que no aguanta estar de aquí para allá, para siempre. Y por que todo pasa. Y si no, simplemente lo resolveremos de otra manera. 

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14 comentarios:

  1. ¡Vaya, otra etapa para todos!¡Qué rápido pasa el tiempo
    Que el papá comparta los viajes al cuarto de Sara, así puedes descansar tú también. Ya que la idea fue de él. ;-)
    Un abrazo y sigo por aquí.

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    1. Lo hemos intentado pero ella en esos momentos solo quiere a mamá. Mar, gracias por seguir por aquí. Abrazos!

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  2. Eso del papá me gusta, pero creo que estará profundamente dormido como para ir al cuarto de la nena...
    pues felicidades por esta nueva etapa, que todo salga bien, besos a ambas :)

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  3. quemando etapas, así es la vida. Te leía y casi nos imaginaba a nosotros. Suerte que nuestro gallo aún no reclama su espacio, porque confieso que no estoy preparada.
    Me alegro que os estéis adaptando tan bien todos
    Un beso

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    1. Gracias Carmen. Espera al momento que concideres. Yo espero que los viajes ene aquí para allá acaben pronto...sino ya me veo acurrucadas las dos en su cuarto. Un abrazo.

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  4. Mira que con mi bebo de cinco meses he pensado dejarlo en su cuna, no te miento. Es más los días en que me levantó con un dolor de espalda terrible por la posición que tomó para dormir con él y amamantarlo en la cama.

    El papá es el apoyador máximo del colecho y hasta lo saca de su coral cuna cuando hace su primer sueño ahí y lo pasa directo a la cama. A veces, como trabajo de noche, lo encuentro dormidito en la cama. Me río de lo paternal de mi esposo y se lo agradezco. Conozco a una amiga que su esposo le exigió que sacará al bebo de su habitación cuando cumplió siete meses, y pesar de que el bebo dormia en su cuna dentro de la habitación. Mi amiga me cuenta el llanto desgarrador de su hijo desde la otra habitación y como su esposo le prohibió que lo fuera a buscar...y me lo cuenta como un logro. Ni le comento nada.

    Supongo que Fernando, mi bebo, ya le llegará su hora de ir a su cuna en su habitación, donde duerme en el día. A ver si tomo tu estrategia.

    Abrazos

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    1. Eres muy afortunada. Si están los tres felices durmiendo ni te lo plantees. Disfrutenlo. Es un inmenso regalo. Abrazos también para ti.

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  5. Hola Zary!
    Soy María Teresa, mexicana, conocí tu blog hace poco más de un año, he leído las entradas anteriores a esa fecha y te sigo desde entonces semana a semana. Me encanta como escribes y la pasión con la que defiendes la postura de respeto a los hijos, la crianza con amor acompañando a un niño o niña que vive un proceso único. Con tus escritos me he adentrado en este mundo que era desconocido para mi y me ha gustado, ha embonado con mis valores y creencias.
    Por ello me han sorprendido muchísimo tres cosas: que decidieras volver al trabajo de tiempo completo, que dejes a tu hija en el jardín hasta las cuatro de la tarde y esto ultimo de cambiarla a su cuarto a dormir.
    Como seres humanos estamos llenos de inconsistencias y la vida de incongruencias, de cambios, de aprendizajes, de virajes. Sin embargo la congruencia es necesaria para la construcción de la salud y el bienestar.
    Tu has manifestado la necesidad de los hijos de estar cerca de los padres, el colecho es una expresión clara de ello; y que ellos mostrarán por sí mismos el momento en que dejen de necesitar ciertas cosas y experimentar otras nuevas. Y ahora el padre decide que ya es momento y Sara tiene que acatarro y ya. El hecho de que despierte tantas veces no es acaso muestra de que no es su momento?
    Creo que la presión que tanto te daña y nos daña a todas, que críticas y crítico yo misma, que lastima, que se erige sobre la incomprensión, la tienes en casa, en tu pareja y me cuestiona entonces lo que has expresado anteriormente.

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    1. Ma. Teresa, no sabes lo valioso que este comentario para mi. Ser mamá y ser esposa, ser el pilar de una familia es una tarea física y emocionalmente compleja. La realidad es que trato, como todas, de hacer lo mejor que puedo, de ser coherente y seguir mi corazón. Pero en mi caso, pienso que la decisión de como criar a mi hija no es solo mía, es compartida. Y trato de conciliar, sin perder de vista que lo mas importante es Sara pero tambien el bienestar de todos como familia. Gracias por leerme hace tanto. Espero que te quedes acompañando me por mucho mas tiempo.

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  6. Confieso que he tratado de hacer lo mismo con mi pequeño (1 año 9 meses) pero ¡no lo logro! el ya tiene su habitación, sus sabanas de mickey mouse que le encanta, pero no hay caso, he tratado al menos unas tres veces de cambiarlo a su habitación, pero ninguno de los dos se convence del cambio, y creo que de los dos yo soy la peor jajaj lo extraño demasiado y no duermo tranquila sabiendo que esta solito, en mi caso soy madre soltera, así que nadie exige su espacio en mi cama, por lo pronto nos hemos dado una tregua y seguimos durmiendo juntitos =)

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    1. Disfrutarlo todo lo que puedas. Besos y gracias por compartir tu experiencia.

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  7. Una nueva aventura de aprendizaje :) Yo me puse nerviosa de pasarlo de la cuna a la cama, pensaba que se iba a caer ( aunque tuviera un colchón al lado) o que se iba a poner a hacer travesuras a mitad de la noche sin que nos diéramos cuenta. Sólo se cayó una vez al colchón de al lado y los demás días perfecto. Apenas se despierta se sube a nuestra cama y es lindo ver al despertarme que está a mi lado :)

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