Ahora sí estamos en la etapa del "no" o más exactamente del "no quiero". Hace mucho tiempo pensé que la estábamos viviendo pero parece que fue, simplemente, un tímido ensayo. Desde hace unos días Sara no tiene otra respuesta para cada cosa que decimos: no quiero bañarme; no quiero ir al cole-cole; no quiero esa chaqueta; no quiero esa ropa; no quiero esos zapatos; no quiero agua; no quiero leche; no quiero pan; no quiero hablar... en fin "no quiero" para todo.
Esta encantadora francesita que pone a prueba mi paciencia y que nos hace llegar tarde a todas partes, viene acompañada de toda la actitud y carga emocional que corresponde: mala cara, brazos cruzados, manos empuñadas, gritos, llanto, frustración mutua.Y eso que he tratado de no dar todas las peleas: si no quiere esa chaqueta que se ponga otra, si no quiere esa ropa pues que escoja la que ella desee, si no quiere pan siempre habrá galletas. Sin embargo, resulta bastante difícil tropezarse cada 5 minutos con el "no quiero", sin sentirse presa de la desesperación y el mal genio.
Tal vez el "no quiero" más difícil de lidiar es el "no quiero dormir". Es como si apenas fuera la hora de irse a la cama la batería se le recargara y tuviera ganas de hacer todo aquello que no se le ocurrió en el día. Anoche, después de sortear con éxito el "no me quiero lavarme los dientes" y dejar de luchar con el "no quiero pijama" (durmió sin ella), no hubo más remedio que apagar la casa entera a las 8:30 de la noche para que se durmiera por fin.
La verdad es que he perdido la paciencia varias veces. Pero más que sentirme culpable por ello, me han servido para comprender que en la mayoría de las situaciones no sé como hacer para que mi deseo y su deseo convivan juntos, sin que haya perdedores y ganadores, sin sentimientos de fracaso y frustración, sin que se anulen dolorosamente.
Hasta este momento mi hija, consciente o inconscientemente (no lo se), ha estado de acuerdo conmigo casi en todo. Ha sido mi aliada. Ahora las cosas comienzan a ser diferentes y tengo que aprender a manejar la situación, respetando lo que desea, siendo firme pero cariñosa cuando sea algo no negociable, encontrando una manera de relacionarnos con este "no quiero" en la mitad, sin que todo se convierta en una pelea que nos separe y nos enfrente.
Tal vez el "no quiero" más difícil de lidiar es el "no quiero dormir". Es como si apenas fuera la hora de irse a la cama la batería se le recargara y tuviera ganas de hacer todo aquello que no se le ocurrió en el día. Anoche, después de sortear con éxito el "no me quiero lavarme los dientes" y dejar de luchar con el "no quiero pijama" (durmió sin ella), no hubo más remedio que apagar la casa entera a las 8:30 de la noche para que se durmiera por fin.
La verdad es que he perdido la paciencia varias veces. Pero más que sentirme culpable por ello, me han servido para comprender que en la mayoría de las situaciones no sé como hacer para que mi deseo y su deseo convivan juntos, sin que haya perdedores y ganadores, sin sentimientos de fracaso y frustración, sin que se anulen dolorosamente.
Hasta este momento mi hija, consciente o inconscientemente (no lo se), ha estado de acuerdo conmigo casi en todo. Ha sido mi aliada. Ahora las cosas comienzan a ser diferentes y tengo que aprender a manejar la situación, respetando lo que desea, siendo firme pero cariñosa cuando sea algo no negociable, encontrando una manera de relacionarnos con este "no quiero" en la mitad, sin que todo se convierta en una pelea que nos separe y nos enfrente.
Entonces en esto estamos ahora, aprendiendo a vivir con el "no quiero" de Sara, tratando de integrar esta nueva situación con paciencia, comprensión y respeto, dejando que saque a flote su personalidad, que tenga espacio para reafirmarse, echando mano de toooodaaaaa la paciencia que tenemos, procurando hacerlo con cuidado desde el amor, con empatia, tratando de no perder el control. Uffffffff...todo un viaje interior y exterior, que no pinta ser sencillo pero que si promete ser inmensamente enriquecedor.
Es una etapa maravilosa, lo mejor, entender el no que no es un no es solo una forma de decir asi soy.
ResponderEliminarZarina
Cierto!! Y así es mi pequeña princesa. Besos Mami!!
EliminarMe gusta tu mensaje positivo y lo hago mío. No es sencillo pero si enriquecedor, nos da la oportunidad de conectar con lo más profundo de nosotros, la negativa nos frustra y hemos de buscar una solución empática que pugne con lo que aprendimos de chicas.
ResponderEliminarSe que aprenderéis muchísimo y volveréis a ser aliadas.
Un fuerte abrazo
La mamá corchea
Gracias Silvia! El camino de aprendizaje es infinito y mutuo.
Eliminarse supone que negándote a tí se afirma a si misma, que es un paso en el proceso evolutivo normal... lo que nunca nos explican es cómo afrontarlo. Supongo que como todo: cediendo en lo que se puede ceder para permitirle reafirmarse, y siendo firme e intransigente en lo que hay que serlo, pero explicándole con respeto y cariño las razones.
ResponderEliminarSi, es normal, lo sé. Y si, también sé que me queda grande (casi siempre) afrontarlo. Así que ahí vamos aprendiendo de los límites mutuos, de los alcances, de las formas y maneras, de ser pacientes, de escuchar de verdad, de ser cada una sin bloquear a la otra. Besos!!
EliminarUff! Que dificil es! Aca estamos viviendo algo muy parecido, incrementado si se puede por "esa manía" de imitar en todo a la hermana que esta rebeldeeee!
ResponderEliminarConfiemos que saldremos ilesas (y fortalecidas) de esta etapa tambien ;)
Un fuerte abrazo a las 2♥
Ilesas, no creo, fortalecidas, seguro!! un beso gigante amiga!!
EliminarEstoy de acuerdo contigo Zary, hay que aprender a vivir con el no quiero, eso sí con paciencia, esta es la unica que nos arrancará una sonrisa en lugar de un día entero de disgusto. Pero como la paciencia no se compra en el supermercado (qué bueno sería esto!!!) habrá que ejercitarla ¿cierto? Nosotros estamos haciendo ejercicio de paciencia con una amigdalitis que no se quiere ir pronto, la sacamos por la puerta y se mete por la ventana. A propósito, sabes de algún tratamiento natural coadyuvante del antibiótico para el malestar que se genera sobretodo al comer? Bueno me fio de que me responderás como siempre lo haces,
ResponderEliminarGracias y un saludito para Sara
Luz
Ojalá tu bebé mejore pronto Luz. Yo te cuento que algo que me ayuda mucho a mi y a mi bebé cuando estamos así es miel con limón y propóleo (siempre y cuando tu bebé se mayor de un año, la miel no se recomienda antes). Espero funcione para ustedes también. Un abrazo y gracias por pasar siempre por aquí!!
EliminarGracias por tu recomendación Zary, lo probaré. Ya vamos saliendo de esta situacion, lentamente pero la vamos superando. ¿Tú crees o sabes si una amigdalitis se puede complicar en algo más grave?
EliminarPues cualquier enfermedad tiene ese riesgo. Cuida mucho a tu bebé!! Estoy segura que pronto estará completamente recuperado. Un abrazo!!
EliminarYo aun no llego a esa etapa pero se parece mucho cuando mi bebé no quiere ir al baño, es un desafio cada día intentarlo,porque el definitivamente no quiere!! espero vayan mejorando cada dia esa convivencia del no quiero. muchos besos
ResponderEliminarhttp://flashlovee.blogspot.com/
Por experiencia propia te digo que es IMPOSIBLE obligar a un niño a ir al baño, sino quiere es por que no esta listo. Así que mejor es desistir, dejar pasar un tiempo e intentarlo después. Un abrazo!!
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