Pasan los días y la vida sigue sin ti.
Todos siguen sin ti.
Yo vivo sin ti.
No hay remedio y es difícil.
Es realmente difícil.
Se siente inmenso no tenerte.
Querer sentirte aquí, ahora, y saber que no estarás.
Recordar el sonido de tu voz y tratar de no perderte del todo.
Escuchar una canción y esperar despertar del sueño de tu ausencia.
El tiempo no cura nada.
En estos casos el tiempo no sana.
El tiempo lo hace todo más difícil.
Su pasó nos confirma lo irremediable, la soledad, el vacío, la necesidad, la tristeza, la perdida.
Yo te recuerdo a diario y Sara te nombra, a diario.
Me sorprendo reviviendo tu sonrisa, tus abrazos, tus ganas de llenarnos de atenciones.
Y Sara parece que leyera mi mente.
Te menciona, se entristece conmigo, me consuela, inventa historias con las 3.
Historias que pudieron ser realidad.
Y no estás.
No está. Es cierto. Muchos no están pero estuvieron. Y esa leve idea de que algo pasó y dejó huella y está presente en nosotros, ese hilo de aguante, es lo que nos mantiene atentos para estar en otros.
ResponderEliminar"Atentos a estra en otros". Me quedo con eso. Un abrazo.
EliminarEstá en las historias de Sara. Las mías murieron hace mucho pero aún me pasa que en reuniones familiares por momentos intento llamarlas y al darme cuenta me río y me doy cuenta que es verdad, ahí están.
ResponderEliminarLa magia de los recuerdo y lo vivido no muere. Las mantiene vivas con nosotros. Un abrazo Fer!
Eliminarqué hermoso... y qué doloroso a la vez
ResponderEliminarUn abrazo!!!
EliminarMientras tú y Sara estén juntas ella estará presente, recuerda que ustedes son su extensión en este mundo. Un abrazo a las dos!
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