Este caballo de trapo, color rosa pálido, es tu nuevo mejor amigo. Hace unos meses que llegó a nuestra casa, y se anido en tu alma. Nació de una camiseta vieja y bastante relleno de guata. El flechazo entre los dos fue inmediato, amor a primera vista, de ese amor sincero, que a ti se te da natural y fácilmente.
Recuerdo el día que lo levaste por 1era vez al jardín. Estabas emocionada de compartirlo con todos, de presentarlo a tus amigos. Y no puedo olvidar que muchos fines de semana te hacia falta, y gritabas por toda la casa: ¿Rosadito, donde estás?. Y el llanto no se hacia esperar cuando no lograbas encontrarlo debajo de la cama o en el rincón del armario.
Y ahora, después de una temporada de vivir en el jardín, Rosadito vuelve a casa. Y tú no lo dejas ni de día, ni de noche. Lo besas, lo abrazas, le hablas, lo montas, lo metes contigo en la cama, lo llevas de nuevo al jardín pero regresas pegada a él, y lo sientas a tu lado mientras almuerzas, para después sumergiste de su pata en tus historias de vacas y vaqueros, corriendo por el pasillo como si fuera una llanura verde, libres, felices, Rosadito y la pequeña Sara.
Zary:
ResponderEliminarQue bonito es "rosadito" y que lindo que Sara lo quiera tanto!.
Por mi lado, mi hija tiene un piglet de peluche, que también almuerza con nosotros y duerme con ella..., me late que será su "compañerito"..., por un largo tiempo jejjeje, pero ojalá no fuera tan dependiente de el... Y bueno, el temor que uno tiene permanentemente eso si, es que algún día se les pierda..., eso si que sería terrible...
Un abrazo!
Cuánta imaginación y cuanto cariño tiene Sarita! Un besito para la pequeña! :)
ResponderEliminar¡¡Me encanta!! Y mucho más porque el juguete de su elección es justamente uno con una identidad única. ;)
ResponderEliminarUn abrazo,
A.
Me encanta Rosadito :)
ResponderEliminarQué linda la carita de Sara!! pura ternura. Creo que los juguetes más sencillos son los que les dejan jugar mejor, con más imaginación, y emoción :D
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