Sara, eres una niña que habla, que habla mucho, cada día más claro y alto. Hasta hace un mes solo decías algunas palabras, repetías sonidos y pronunciabas discursos que solo tu entendías. Ahora, nos hablas a mí y a tu padre, nos pides cosas, opinas y reclamas como siempre, pero además con palabras. Te escucho a diario, y no puedo más que sentirme maravillada por tus razonamientos, por tus expresiones, por como ésta habilidad lingüística se apodera de ti a la velocidad del rayo, haciéndote más grande, volviéndote un ser con pensamiento y opiniones propias.
No se si te has dado cuenta pero tu nueva y eficaz herramienta de comunicación ha llegado acompañada de muchos otros regalos. Uno de ellos es tu habilidad para cantar. Por que ahora no tarareas, ahora cantas, cantas mucho. No solo las canciones infantiles que escuchas hace rato y que te sabes de memoria, sino también tus propias canciones, las que se te ocurren, las que te nacen en honor a tus muñecos, a la teta, a tu jardín, a las palomas y al pájaro carpintero. Y yo muero de asombro mientras te escucho, mientras observo tu capacidad para mezclar melodías, para entonar, para llevar el ritmo, para corregirme la letra cuando la memoria me falla, o cuando simplemente quieres que cante contigo tu versión editada.
Pero tal vez el regalo más hermoso que ha llegado con las frases hiladas y bien armadas, es la posibilidad de conversar. De preguntarte cosas simples (o complicadas) y tener una respuesta. De disfrutar de tus salidas y de las expresiones de tu cara. De ver como cuentas tu día como si fuera una historia de alguno de los cuentos que te gusta que te lea. Disfrutando que podamos intercambiar ideas, que me expreses con una sonrisa espléndida que te gustó el almuerzo, o que fuiste al parque y te caíste, o que querías chocolate pero se acabó. Amo cuando vienes a mi con cara de acontecimiento y te quejas, porque querías subirte en un mueble y tu papá no te dejo, o porque no encuentras a Samby o porque cualquier otra cosa más. Amo como a través de la oralidad podemos compartir en otro nivel, conectarnos más, entendernos mejor, conocernos a profundidad. Adoro esta nueva etapa. Adoro que seas una niña que, por fin, habla.