Mostrando entradas con la etiqueta baño. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta baño. Mostrar todas las entradas

02 junio 2013

10 consejos para que tu hijo se bañe, cuando NO quiere

Sara disfruta un montón del baño. Pero tengo que reconocer que son muchas las veces que no se quiere bañar. Tal vez por que no quiere dejar su juego o porque tiene frío o, simplemente, por que no le apetece. Así que decidí tratar de hacer que el proceso del baño no fuera un drama matutino y, en el proceso (casi siempre exitoso) descubrí que hay muchas maneras de salir de este conflicto felices y airosos. Esperó estos consejos les sena tan útiles como lo son para mí.


1. Haz del baño un plan. Tenemos tina, así que hacer "mini-piscina" como ella la llama, me saca del lío del baño bastante rápido y, mágicamente, todos volvemos a ser felices.

2. Baño colectivo. Durante mucho tiempo la mejor manera de que mi hija decidiera feliz tomar una ducha era tomar una ducha yo. La modelación y el ejemplo son siempre unos ayudantes enormes en este y en todos los asuntos de la crianza.

3. Echa mano de los juguetes. El baño es una area más de juego en la casa, por lo tanto, casi desde el día 0, está lleno de patos, estrella marinas ( y no marinas) tambores, mariquitas y un sin fin de artefactos, que a traen la atención de Sara y que convierten la hora del baño en un momento divertido.

4. Involúcralo en el proceso y empodéralo. Crea expectativa. Saquen la ropa juntos. Deja que escoja que jabón y champú quiere usar. Permítele que se enjabone y que se aplique el champú. Quizá no quede tan limpio como tu quisieras, pero al final, tomar las riendas de este momento hará que lo disfrute y desee mucho más. 

5. Aprovecha los días que no hay prisa ni horarios, para dejarlo fluir y estar a sus anchas. Deja que el decida cuándo y cómo se quiere bañar. Así, los días en los que el baño no puede ser tan libre y demorado, será más fácil de comprender para él, ya que sabrá que pronto llegará el fin de semana y podrá bañarse con más libertad.

6. Madruga un poquito más. Para muchos papás y mamás lo que hace más tensionante la hora del baño es el tiempo. Si nos levantamos con el tiempo justo y estamos con la presión de que se nos hace tarde, todo se vuelve más complejo y difícil de manejar. Por eso, mi solución es levantarnos TODOS un poco más temprano para darles los pequeños el tiempo que necesitan para despertar completamente, desayunar sin prisas y tomar un baño con la calma y tiempo que necesitan.

7. No bañarse también es una opción. Con esto no quiero decir que dejemos de lado las buenas y sanas costumbres del aseo. Más bien propongo que si el baño es todo un drama en la mañana, consideremos la posibilidad de que nuestro pequeño lo tome a cualquier otra hora del día que esté más dispuesto. Un cambio tan sutil como este puede hacer una diferencia enorme.

8. Una rutina flexible. Esto puede sonar contradictorio pero realmente no lo es. Las rutinas sin duda nos ayudan a volver predecibles y seguros los momentos con los niños. Esa es una ventaja enorme que debemos aprovechar sin que se vuelvan un cinturón de fuerza que no nos permitan movernos. Así que construye una rutina alrededor del baño de tu pequeño, que lo conduzca de manera natural al momento del baño, sin aferrarte a ella como algo que hay que seguir al pié de la letra.

9. El fin no justifica los medios. Nunca y menos en la crianza de un niño. Así que sopesa los esfuerzo y el desgaste, y busca la manera de que cumplir con el fin (el baño) sin que el proceso sea un mar de lagrimas y malos momentos. Tal vez tengas que comenzar con un juego en el que bañan juntos algunos muñecos, o algunos días sea suficiente con lavarse los dientes, la cola y la cara. Charla con él, explícale la importancia del baño, lo rico que es disfrutar del agua, háblale positivamente del momento, guarda la calma. Las palabras correctas pueden hacer magia.

10. Todo es un proceso así que busca alternativas que los haga felices a todos. Los niños necesitan tiempo para aprender y adaptarse, así que dale tiempo al tiempo. Si no le gusta la ducha, busca un tazón donde se pueda meter. O una regadera de mano. O si el clima lo permite, báñalo en el patio. No desistas, ni te desesperes, persiste con respeto y estoy segura que pronto veras los frutos. 


¿Te gusta "La mamá de Sara"?
Inscribe acá tu mail para recibir notificaciones de mis entradas.

Delivered by FeedBurner

16 febrero 2012

Operación Ducha III

Estaba en mora de contarles como ha avanzado la operación ducha con Sara. La última vez que escribí del tema fue en septiembre del año pasado (puedes leer el post acá), cuando logre unas cuantas victorias en mi meta de pasarla de la bañera a la ducha, después de varios intentos fallidos. Ahora las cosas son bastante distintas. Esa niña temerosa e insegura, que se pegaba como garrapata a mí, apenas sentía el ruido del agua, ha desaparecido por completo. Ahora Sara entra al baño con mucha confianza, dispuesta y muy feliz. Dice "agua, agua", cada 5 segundos, y disfruta con los paticos de hule, los tambores acuáticos y hasta con los frascos de champú. La cosa ha cambiado tanto que hasta me atrevería a decir que el baño se ha convertido en uno de los mejores momentos del día.

La mayoría de las veces la baño con la ducha de mano, la enjabono y le lavo el pelo. Mientras, ella se ríe, me habla y juega con alguno de sus juguetes. Realmente todo el operativo no dura más de 5 minutos pero Sara lo adora. Otra veces, nos bañamos juntas y ahí si disfruta mucho más. Nos encerramos en el baño y abrimos la ducha con agua caliente. En menos de nada todo se llena de vapor y el ambiente se torna cálido y acogedor. Cierro el desagüe para que el agua comience a llenar la tina. A ella le emboba mirar las gotas que salen de la ducha y que caen, como si fuera una suave lluvia. Me encanta ver como las observa con fascinación y muere de risa intentando agarrarlas. Después, a lo que vinimos: jabón, champú, bálsamo (de mamá). Luego, mientras yo me baño ella simplemente disfruta. Se sienta en la tina, chapalea, se sonríe. Sumerge sus manitas en el agua, ahoga y rescata, una y otra vez, a los patitos juguete y las maracas. Se acuesta, se estira, hace como que nada. Se sorprende con la espuma, con el panel de vidrio empañado, con el ruido del agua, con su ombligo, con el mío. Toca los tambores, tumba el jabón, intenta peinarse. Disfruta y me sonríe, y yo quedo absolutamente enamorada.

Hace unos meses nunca hubiera imaginado que Sara llegaría disfrutar tanto de este momento. La operación ducha se ha convertido en la más emocionante y divertida aventura. Ella, poco a poco, se ha apropiado del espacio, ha aprendido a disfrutarlo, se ha familiarizado con la rutina y con los ruidos. Ahora le encanta el chorro de agua calientita que antes la aterraba. La cargo y cierra sus ojos, mientras disfruta sentir el agua que le cae, primero en la cabeza, luego, en la espalda. A veces, ni siquiera espera que llegue la hora de bañarla, sino que se levanta y comienza a gritar en su media lengua y a señalarme con su dedito el baño. Cuando entra, emocionada me mira y se levanta la camisa, como diciendo: "quítamela, que ya me quiero bañar". La miro y solo puedo pensar que ha cambiado y crecido mucho, y que soy una madre realmente afortunada por estar junto a ella, de mente y cuerpo presente, durante todo este tiempo.

¿Te gusta "La mamá de Sara"?
Inscribe acá tu mail para recibir notificaciones de mis entradas y mi boletín de noticias.
Delivered by FeedBurner

31 octubre 2011

15 meses

Si, eso es lo que cumplimos hoy, 15 meses: mi pequeña, de haber llegado a nuestras vidas, y nosotros, de ser unos felices y orgullosos papás. 

Recuerdo que el año pasado para esta fecha, cumplíamos tan solo 3 mesesitos. Yo, aún sumida en las confusiones del puerperio, pasaba mis días pegadita a ella. No me atrevía a desampararla casi para nada. Estaba embriagada de amor pero también ahogada de miedo. Ella ya había crecido un montón. No era más la recién nacida dormilona y tragona. Comenzaba a interactuar con nosotros, mostrando sus habilidades y su personalidad. Y ya, en menos de nada, Sara ha crecido y tiene 15 meses. Como pasa el tiempo!!!

Ahora, corre y juega por toda la casa. 

Dice mamá, papá, teta, mapa, mochia (mochila), pamama (paloma) y tía. Además claro, de milquientas palabras más, en una media lengua extraña que no comprendemos. 

Sonrié casi todo el tiempo. 

Le encanta dar besos y abrazos no solicitados. 

Es tremendamente sociable, con los niños y con los adultos. Es más, estoy segura que cuando entre al colegio va a ser la "comandante", como dice su papá. 

Aún toma teta, y no sólo la pide cuando tiene hambre, sino cuando quiere olerme, cuando necesita sentir mi calor y mi cercanía. 

No le gusta mucho el dulce, a menos que sea helado (igual que a mi). Prefiere la comida de sal, como las galletas y el queso. 

Ama con locura a sus muñecas y las reconoce a cada una por su nombre: Sofí, Paty, Mona y Mini. 

Por fin tiene pelo y es de color caramelo, muy, muy liso. Pero detesta que la peinen y le pongan lazos en la cabeza (igualita a su abuela). 

Pesa 11 kilos y mide 87 cms. 

Es increíblemente observadora. 

Le encanta la ducha (después de que la detestaba) y cuando la baño, detalla el agua con calma, intenta atraparla y sonríe con asombro, como si se tratará de magia. 

No se puede estar quieta ni por un segundo (igual que su papá). La tortura cualquier artefacto inventado para detenerla (silla de comer, silla del carro, etc). Prefiere la libertad de hacer, de sentir, de pedir lo que quiere, de jugar sola o acompañada, de bailar y cantar, de perseguir palomas y aviones a través de la ventana, de disfrutar del parque cuando hace sol. 

Carga por toda la casa los libros y cuentos que tiene; se sienta y hace como que pasa las hojas y lee. 

El cd de rondas que le regalaron es un éxito total. A su manera lo pide y puede escuchar las 35 canciones que tiene sin parar, aplaudiendo, dando vueltas y bailando. 

Habla dormida (como su tía) y entre sueños nos llama: mamá, papá. 

Sabe donde está su cabeza y, si se lo pides, te saca la lengua. 

Nunca se rinde. Muy pocas veces se resigna. 

Trata de imitarme cuando me peino o me pongo el gorro de baño. Y se pone mis zapatos, chancleteando sin cansancio por todos los corredores. 

Muchas veces me acompaña en la mesa a desayunar y a comer. Ya sabe que con esa cosa llamada "cuchara" se puede llevar la comida a la boca y le encanta intentar hacerlo ella sola. 

Está creciendo y aprendiendo a toda velocidad, disfrutando de su mundo, riendo y explorando sin parar. Siendo, simple y sencillamente, una bebé feliz.

El tiempo pasa y no sólo Sara ha crecido. Nosotros también lo hemos hecho. Somos distintos en muchos aspectos. Hacemos cosas que, en otras épocas, ni imaginaríamos. Salimos menos pero disfrutamos más. Hemos aprendido a reírnos de todo lo que pasa y pulimos, todos los días, nuestra capacidad de adaptarnos a las circunstancias. Nos queda un hermoso y largo camino aún por recorrer. No tenemos afán. Solo deseamos poder vivirlo, en 1era persona, de cuerpo y mente presente, con amor y respeto, y también con mucha paciencia. Poniendo siempre 1ero a Sara. Poniendo en 1er lugar a nuestra familia.
De 3 meses disfrazada de pantera rosa

Hoy disfrazada de Flor

21 septiembre 2011

Operación Ducha II

Hace ya casi dos meses que les conté en ésta entrada, que mis intentos por bañar a Sara en la ducha habían sido todo un fracaso. La verdad es que después de tantas malas experiencias, me olvide por completo del tema, y decidí no torturarla más con mi insistencia. Solo hasta el sábado pasado lo volví a considerar. Estábamos solas en casa y, de repente, pensé que había llegado la oportunidad perfecta para hacer un intento más. 

Corrí y prepare todo. Traje sus juguetes y los metí en la tina, busque toalla, champú y demás artilugios de limpieza. Cerré las ventanas y las puertas del cuarto y del baño, en un intento por conservar el ambiente lo más cálido y acogedor posible. Y después, simplemente me lancé. Tomé muy en cuenta los consejos que he recibido de las mamás que me leen, y entonces, me metí con ella a la ducha. Dedique los 1eros minutos a que reconociera el lugar y a que se interesara en jugar, y lo logré. Se notaba que estaba un poco asustada, pero pude mantenerla segura y tranquila. Y, aunque no se despegó de mi un segundo, se interesó en los paticos y en las maracas que flotaban y brillaban por el agua. Yo, sentada en la tina, y ella, siempre de pie, me abrazaba por el cuello con uno de sus brazos y con el otro, jugaba. 

Luego, poco a poco, fui abriendo el agua. Utilice solo la ducha de mano, con agua muy tibia. Le mostré con cuidado como salía las gotas, mojándole tímidamente las manos. Poquito a poco, el agua llego a las piernas, la panza y la cabeza. Ella me miraba y me abrazaba igual que en los pasados intentos fallidos, pero, en esta ocasión, no hubo nada de llanto. Después, jugamos un rato más y continuamos con el jabón. Para ese punto sentí que estaba un poco más relajada. Aunque, siempre se mantuvo de pie, resistiéndose a sentarse a mi lado en la tina. Creo que disfrutó del jabón, porque entre mis cantos y sus miradas, soltó una que otra sonrisa, mientras miraba las burbujas y la espuma blanca que le hice en la barriga. Otra vez, poquito a poco, le moje las manos, las piernas, el cuello, la cabeza. Y de repente, había terminado el baño. Sin llanto, sin terror, sin sufrimiento. Lo habíamos logrado. 

Aún no canto victoria al respecto, pero creo que es un gran pasó. Después del sábado, nos hemos bañado juntas, en la ducha, otras dos veces. En el baño de hoy hubo más avances. Llenamos un poco la tina y, sin ningún problema, se sentó entre mis piernas y jugó con las maracas chapaleando el agua. La sentí mucho más tranquila y familiarizada. Observando con detenimiento, cada elemento del pequeño espacio, el agua que salía de la ducha, mi cara llena de jabón. Hoy hubo muchas sonrisas, más tranquilidad, más disfrute. Hoy, me atrevería a decir que comenzó a encantarle su baño en la ducha.

01 julio 2011

Operación ducha

Sara no le tiene miedo al agua, pero estoy por creer que le tiene miedo al baño. Si, al baño....aclaro: no a bañarse, sino al sitio físico de la casa donde uno se baña. Siendo específicos, más que el baño detesta la ducha. Parece una locura, pero simplemente no soporta estar allí, y yo no sé por qué. Hasta ahora nunca había tenido problemas con el baño. Claro, siempre la había bañado en la bañera que tiene en su cuarto. Pero ahora que ya casi tiene 11 meses y la bañera le está quedando realmente pequeña, quisiera comenzar a bañarla en la ducha. Pero, la "operación ducha" se está convirtiendo en misión imposible. 

La 1era vez que lo intentamos era aún muy bebe, tal vez 5 meses. Al principio no le importó, pero al rato arrancó a llorar sin consuelo. Intentamos calmarla pero fue imposible. Sencillamente no pudimos terminar de bañarla. Parecía una tortura para ella. Pero a penas la saque de la ducha, el llanto desapareció instantáneamente. Pensamos: "claro, se asustó, está muy chiquita, esperemos unos meses". Y entonces dejamos pasar el tiempo y cuando tenía como 8 meses lo volvimos a intentar. Ese día yo la cargué y me metí con ella a la ducha. Acto seguido comenzó a llorar más que la 1era vez. Le canté, la acaricie, le mostré el jabón, la espuma, el champú, el agua, y nada funcionó. Lloraba cada vez con más ganas. Abortamos la misión rápidamente y, esta vez, el baño terminó antes de comenzar. Eso fue hace más de 2 meses. Por eso y como ya camina, hace unos días que venía pensando que sería buena idea intentar de nuevo bañarla en la ducha. Así que esta mañana probé de nuevo. Pero esta vez, en un intento porque la experiencia fuera lo más parecida a su baño en la bañera,  le llene la tina con agua tibia y le lleve los mismos juguetes que tiene en su bañera todos los días. Cuando todo estaba listo, me metí con ella. Apenas ingresamos, comenzó a llorar y se prendió de mí como una garrapata. Le hablé, le caté, le mostré los juguetes, pero siguió llorando. Así que la bañé lo más rápido que pude y la saqué de allí. Fracaso total.

¿Qué será lo que le molesta?, ¿el espacio que es muy pequeño?, ¿el ruido de la ducha?, o ¿simplemente no siente confianza con esta nueva experiencia?... no lo sé y creó que por ahora no lo sabré porque la operación ducha a quedado en suspendida por un buen rato.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Lilypie Breastfeeding tickers

Yo